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Maribel Hastings |
WASHINGTON, D.C. -- Cuando por fin el tema migratorio hizo su aparición en un debate presidencial, el contendiente republicano Mitt Romney le hizo honor a su título de cínico en jefe al mantener su postura de criticar al presidente Barack Obama por no concretar una reforma migratoria integral que ni Romney ni los republicanos apoyan, por decir que no planifica rodear a 12 millones de indocumentados para deportarlos, aunque su asesor migratorio, Kris Kobach, arquitecto de la SB 1070 de Arizona, sea el autor del concepto de hacerle la vida tan imposible a los inmigrantes que opten por autodeportarse, como apoya Romney, y más aún, por una vez más mencionar que su padre nació en México como hace cada vez que le conviene.