Sandra Velázquez/HoyDallas.com
Como tradicionales amantes de la armonía, un gran número de gente tiende a abstenerse de decir que "no" para evitar disputas, explica Barbara Berckhan, en su libro El arte de hacerse respetar. "Nos cuesta mucho decir no. Naturalmente, sabemos cómo decir no, pero sólo en teoría. El no interfiere en la armonía y por eso preferimos intentarlo con amables rodeos", pero decir "no" cuando es necesario, te protege del peligro de malgastar tu tiempo y tu energía".
La propia autora reconoce que aunque se dedica desde hace más de diez años a brindar seminarios sobre la autoafirmación, a veces se sorprende diciendo "sí" de forma precipitada o permitiendo que alguien se entrometa en sus asuntos. Aunque también destaca, que, naturalmente, al relacionarnos con los demás, necesitamos siempre ambas cosas: el sí y el no. Es entonces donde brinda un análisis con ejemplos sencillos sobre las ventajas e inconvenientes de un sí o un no.
"Es un error pensar que un día dominaremos totalmente el arte de hacernos respetar y estaremos para siempre seguros de nosotros mismos. Aprendemos y evolucionamos durante toda la vida. Siempre se trata de pedir y exigir con dignidad, de poner límites y decir que no, de nuestra obstinación y de nuestra autoconfianza".
Berckhan es pedagoga y colabora en proyectos científicos de la Universidad de Hamburgo. Es consejera, en situaciones conflictivas, de varias empresas y asociaciones. Además de "El arte de hacerse respetar", también escribió "Cómo defenderse de ataques verbales".
Lo que decimos sin palabras
En un capítulo dedicado a la postura, Berckhan hace hincapié en aspectos aparentemente sencillos pero que un diario vivir cobran gran significado, como el hecho de que comunicamos estados de ánimo (aplomo o inseguridad) sin palabras a través del lenguaje corporal.
"Nuestra mente incorpora un automatismo muy antiguo que examina de inmediato si la persona que tenemos delante es fuerte y amenazadora o más bien inofensiva. Esa especie de valoración automática era muy importante en la antiguedad, en los comienzos de la humanidad, para distinguir rápidamente a un amigo de un enemigo. Y sigue funcionando en la actualidad", dice la autora como antecedente.
Bajo esa premisa, surge la recomendación de que, en una reunión formal, por ejemplo, un lenguaje corporal que indique seguridad hará que se tenga más de la mitad de la partida ganada. A pesar de algún despiste verbal durante la conversación, siempre y cuando se irradie seguridad, el interluctor podrá pasar por alto los detalles mencionados. Pero si hay encorvamiento al sentarse y "no paras de tocarte la chaqueta, ni siquiera el discurso más perfecto le llegará".
A lo anterior, Berckhan añade que, por instinto, "creemos más en el lenguaje corporal que en las palabras pronunciadas".
Una lista de las señales de inseguridad ennumeradas en el capítulo incluyen:
-No tener el cuerpo erguido, la espalda encorvada y el pecho un poco hundido.
-Casi o nunca se busca el contacto visual.
-Es frecuente levantar un poco los hombros.
-La cabeza apenas se mueve y la mirada se fija generalmente en una direccuón.
-Gestos de nerviosismo como: alisarse la ropa, balancearse, removerse en la silla o apretar constantemente el cierre del bolígrafo.
El arte de hacerse respetar está dividido en cinco estrategias de autoafirmación, expuestas de forma sencilla pero muy efectiva y sin grandes rodeos. Berckhan propone cómo analizar y controlar tu lenguaje corporal, expresar tus deseos con claridad, establecer límites en tu relación con los demás, entre otros consejos prácticos aplicables en situaciones cotidianas.
El libro está disponible en Amazon y en el catálogo en línea de www.rbalibros.com
EL ARTE DE HACERSE RESPETAR
Barbara Berckhan
Rba Libros www.rbalibros.com
192 Páginas
Escríbele un correo electrónico a Sandra Velázquez: svelazquez@hoydallas.com