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jueves, 10 de diciembre de 2015

De California y Texas a Colombia: Por qué el acuerdo climático de París nos debe importar a todos (COP21)

Por Linda Escalante
Hay momentos en la historia que dejan su marca y ahora...en diciembre en la encantadora ciudad de París, en la Cumbre del Clima (COP21)  hay líderes de 190 naciones con la meta de llegar a compromisos más concretos y ambiciosos para frenar el cambio climático acelerado que está sufriendo el planeta por causas humanas.


Casi 170 países, quienes sumados contribuyen más del 95% de las emisiones de gases de efecto invernadero han presentado sus compromisos climáticos ante la ONU para esta COP21.  Estas promesas individuales por cada país formaran el marco del acuerdo de Paris y son muy significantes para todos los que quieren heredarles a sus hijos un planeta con un clima estable.

Mi perspectiva y preocupación sobre el cambio climático abarca todo un hemisferio.  Las consecuencias del cambio climático ya están azotando al norte, centro y sur del continente americano con sus severas tormentas, inundaciones, sequias, incendios forestales, aumento del nivel del mar, y empeoramiento de la contaminación del aire y enfermedades infecciosas. En Dallas y Fort Worth como saben, ha habido condiciones climáticas extremas este año. El futuro de mi familia y las futuras generaciones en Texas, Los Ángeles, Bogotá y el resto del mundo, está en las manos de esta generación de líderes gubernamentales, empresarios, e institucionales, especialmente en los países industrializados y más contaminantes.

Un enorme avance en liderazgo y opinión pública desde la última Cumbre ha sido el de Estados Unidos gracias a la administración del Presidente Obama.  La visión de un futuro basado en energía limpia y renovable es apoyada por el público estadounidense. Una encuesta reciente de la Unión for Concerned Scientists encontró que 73% de ciudadanos quieren que la nación predique con su ejemplo. EE.UU. es el segundo principal contribuyente de gases de invernadero (GEI) y en COP21 se está comprometiendo a reducir sus emisiones por un 26-28% bajo sus niveles del 2005 para el año 2025 y así mantenerse en camino a su meta máyor de reducir emisiones por lo menos un 80% para 2050.

También tengo que reconocer los esfuerzos de Colombia, mi país natal, cuya contribución al problema es de menos de un 0.5% pero enfrenta devastadoras consecuencias para su economía, medio ambiente y población. Ante esto, Colombia se compromete en COP21 a reducir sus emisiones de GEA en un 20% de los niveles proyectados para el año 2030. Y con la intención de llegar a una reducción de un 30%.  También, el gobierno colombiano acaba de aprobar la Ley 1715 que dará incentivos a las inversiones en energías limpias y renovables en forma de descuentos de hasta un 50% en la cuenta de impuestos, IVA,  aranceles en los bienes y en el régimen de depreciación acelerada.

Por otro lado, varias ciudades, estados, provincias y compañías de todo tipo han firmado compromisos de acción climática y declarado su apoyo por un acuerdo mundial fuerte en París.  Uno de los mejores ejemplos es California. El Gobernador junto a otros líderes estatales han estado encabezando los esfuerzos de los subnacionales, recopilando compromisos de más de 57 jurisdicciones por todo el mundo abarcando casi 500 millones de personas.  California es la 8va economía más grande del mundo y desde el 2006 ha establecido las metas y los mecanismos para reducir las emisiones a los niveles de 1990 para el año 2020 - una reducción de aproximadamente el 30%, con la meta final de una reducción del 80% para 2050.  California es el paciente cero que está demostrando cómo se puede crear una economía prospera impulsada por energía y combustibles limpios y renovables.

Los científicos climáticos aciertan que para evitar los efectos más destructivos del cambio climático en las próximas décadas, la temperatura promedio de la Tierra no puede aumentar más de 2 grados. Si nos adherimos a los compromisos hechos ante la COP21, se estima que la temperatura promedio aumentará 2.7°C.  Si cada cinco años después de París, aumentamos las metas de reducción de emisiones aún más, podremos llegar a la meta de frenar el aumento de temperaturas a los 2°C.

Pero si no paramos de talar árboles o quemar combustibles fósiles como el carbón y petróleo, la temperatura promedio del planeta podría subir hasta unos 5°C y los efectos serían irreversiblemente catastróficos para la mayoría de las especies que habitan este planeta, especialmente la nuestra. Es la responsabilidad de nuestra generación evitar estas consecuencias. La responsabilidad no es solo de presidentes y líderes sino también de empresas, agentes no estatales e instituciones financieras en asegurar que limitemos el aumento máximo de la temperatura global a 2°C. Este es el momento de actuar.

Esperamos que líderes latinoamericanos y del mundo tomen la oportunidad para protegernos y a la vez llevarnos hacia ciudades limpias y sostenibles. Nuestra gente y nuestros países lo merecen.

Linda Escalante es especialista en Legislación y Políticas Ambientales La Onda Verde de NRDC www.nrdc.org/LaOndaVerde


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