La participación en el Censo de 2010, cuyos formularios llegarán a todos los hogares estadounidenses en marzo, es crucial para el futuro de Texas. La Constitución de Estados Unidos requiere que el gobierno federal cuente la población cada 10 años.
La información demográfica obtenida durante el censo se usa para determinar cuántos escaños se le otorgan a Texas en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, así que tiene un impacto importante en la representación de Texas en Washington. Esta información también se utiliza para calcular la parte que le corresponde a Texas de los 400 mil millones de dólares en fondos federales. Este dinero de los contribuyentes se usa para financiar edificios, carreteras y servicios como hospitales, centros de capacitación laboral, escuelas, centros para adultos mayores y atención médica de emergencia. Por ejemplo, la información del Censo determinó el número de vacunas que se entregaron a las ciudades de Texas durante la crisis de la influenza H1N1.
Por ley federal, la participación en el Censo es obligatoria para todos los residentes de Texas, sean o no ciudadanos. La información que se proporciona durante este proceso es confidencial y los trabajadores del Censo enfrentan sanciones de hasta cinco años en prisión y multas de hasta 250,000 dólares por divulgar información ilegalmente.
Los formularios del Censo llegarán por correo postal a mediados de marzo. Las personas que reciban uno, deben llenarlo y devolverlo inmediatamente. No se recopilará información oficial del censo por correo electrónico, así que los participantes deben tener cuidado con correos electrónicos relacionados con el Censo de Estados Unidos. Estos correos son fraudulentos y tratan de obtener ilegalmente la información personal de quienes los reciben.
Trabajadores del Censo visitarán los domicilios en zonas residenciales para verificar cierta información del Censo. Antes de abrir la puerta, las personas deben verificar que el censista lleve una identificación. Los empleados del Buró del Censo irán claramente identificados con un gafete, un aparato portátil, una bolsa de lona del Buró del Censo y un aviso de confidencialidad.
Los censistas visitarán una casa hasta tres veces para recopilar información de los residentes. Cada vez que un censista vaya a una casa, dejará un cartel colgante con un número telefónico al que los residentes pueden llamar para programar una visita cuándo estén disponibles.
Al llevar a cabo revisiones de puerta en puerta, el Buró del Censo intenta recopilar información correcta y exacta. Los formularios del Censo de 2010 solo tendrán 10 preguntas, incluyendo el nombre, la dirección y el número de personas que viven en el hogar. Los trabajadores del Censo quizás también pregunten sobre el salario, pero las personas pueden negarse a contestar si no se sienten cómodos dando esa información.
Puede que los trabajadores del Censo también pregunten información financiera básica, pero no pedirán el número de Seguro Social, de cuenta bancaria o de tarjetas de crédito ni pedirán ningún tipo de donativo. Para más información sobre el Censo de 2010, los participantes de habla hispana deben visitar la página Internet http://2010.census.gov/espanol/.