La comidilla del día en el calendario futbolero mundialista de este mes fue la confirmación de lo que muchos se temían: que España quedara eliminada en la primera ronda de Brasil 2014.
La señales eran muy claras después de haber debutado con una tremenda derrota en manos de Holanda, y luego, el miércoles, al sellar su mal momento con un revés igual de doloroso aunque con más decoro ante Chile.
Iker Casillas, el portero titular del equipo aceptó que lo más adecuado era "pedirle perdón a la gente" tras el descalabro español en Brasil.
Fueron siete goles los que "La Roja", campeona del mundo en Sudáfrica 2010 recibió en sus dos juegos iniciales en el país de la samba. El 2-0 ante los chilenos tal vez no los exhibió demasiado en lo futbolístico, como cuando Holanda dispuso de ellos a su antojo y les clavó el 5-1 que fue casi su sentencia de muerte al iniciar la defensa de su corona en el grupo B.
Es quizá, como muchos medios lo señalaron en la Península Ibérica, el fin de una era. Es también, sin duda, la triste despedida del campeón del mundo. Una corona que pronto tendrá a un nuevo portador.