FUENTE: USA.GOV
La conducta de sus hijos se puede basar en lo que sucede en su entorno familiar, escolar y social. Como padre o tutor, usted puede determinar los factores de riesgo a su alrededor para evitar comportamientos violentos que podrían lastimarlos. Recuerde que es muy importante reconocer a tiempo las causas del problema.
Según FindYouthInfo.gov (en inglés), un sitio web del Gobierno enfocado en asuntos de la juventud, en 2012 más de 630,000 jóvenes entre 10 y 24 años fueron tratados en salas de emergencia debido a lesiones por violencia.
En la medida de lo posible, aprenda a identificar y prevenir los siguientes factores de riesgo de la violencia juvenil según el entorno.
Nota: algunos de estos factores de riesgo podrían no estar bajo su control, sin embargo es recomendable que los tome en consideración.
En el hogar, desde temprana edad los hijos pueden estar expuestos a: Comportamientos violentos entre sus padres, a castigos severos, la ausencia frecuente de uno de los padres y falta de atención hacia ellos, lo cual genera a veces rechazo y carencia afectiva por parte de los padres y conduce en el peor de los casos a la desintegración familiar
En la escuela los niños y adolescentes pueden presentar problemas de conducta como: Burlarse o intimidar a otros estudiante; Faltar a clases; Ser agresivos o demasiado introvertidos; No prestar atención o exhibir mucha hiperactividad; Manifestar problemas de aprendizaje y bajo rendimiento escolar
En la sociedad se podría considerar que un joven es violento si: Acosa o provoca a jóvenes de su edad o menores; Es arrestado antes de los 14 años por cometer algún delito; Pertenece a pandillas u otros grupos violentos; Consume alcohol y drogas; Ha recibido tratamiento por problemas psicológicos o emocionales.
Recomendaciones para evitar la violencia juvenil
Usted puede ayudar a evitar que su hijo sea violento siguiendo estas recomendaciones:
Trate de pasar más tiempo con su hijo y realizar actividades en familia.
Evite discutir con su pareja en presencia de su hijo.
Construya un vínculo entre padre e hijo. Converse con su hijo si ve que tiene algún problema.
Mantenga en el hogar un ambiente de respeto mutuo y comunicación.
Tenga en cuenta que los castigos severos pueden afectar a sus hijos.
Hable con su hijo sobre sus amistades, pero no lo sobreproteja.