Luis Miguel saluda al público en el Alamodome, en San Antonio. Sandra V. |
Sandra Velázquez/HoyDallas.Com
SAN ANTONIO, Texas -- El mismo de siempre. Insuperable, nítido, enigmático, calculador, demandante, intrépido, discliplinado... y un tanto rutinario; así lució Luis Miguel al protagonizar un espléndido concierto que ofreció en la clausura del primer festival People en Español el domingo 2 de septiembre, en el Alamodome ante unas 6 mil personas.
Sudando copiosamente, a la Elvis Presley, Luis Miguel apareció unos 15 minutos después de las 10 P.M. Se esperaba un inicio puntal a las 10, pero el mexicano ocasionó un cambio de última hora al pedir el retiro de decenas de fotógrafos, que ya lo esperaban frente al escenario para captarlo durante la primera canción y la mitad de la segunda. Ése había sido el acuerdo original, pero la abrupta decisión obligó a los organizadores a reubicar a la prensa detrás de la primera sección de las butacas preferenciales, a unos cinco metros de distancia.
El desaguisado no pasó a mayores, aunque uno que otro curioso preguntó a qué se debía ese desfile espontáneo de hombres y mujeres con cámaras en mano. "Luis Miguel no nos quiere ahí enfrente", explicó un reportero, que no se resignaba al desaire.
Lo que siguió fue una velada romántica de clase mundial: íntima y arrasadora. Diez músicos y dos coristas fueron el complemento adecuado para el lucimiento del astro, que como de costumbre lució un bronceado pronunciado. Además de un decorado espectacular, la producción incluyó varias pantallas gigantes que como espejo proyectaban al ídolo de Latinoamérica en cada uno de sus movimientos.
'El Sol' al inicio de su presentación, en San Antonio, Texas |
Su gran virtud y su mayor defecto.
ANTOLOGÍA DE ÉXITOS
Y pese a que en los primeros minutos parecía que estudiaba "el terreno", (las instrucciones y las señas impacientes hacia los músicos no cesaban), los gestos del cantante poco a poco fueron siendo más afables y pasada la primera media hora de la presentación se percibía un contento mutuo entre artista y público.
Uno de los momentos donde más relajado se mostró, después de quitarse el saco y la corbata, fue al interpretar un tema en inglés acompañado con un audio e imágenes de Frank Sinatra.
Desde luego, hizo un generoso recorrido de su repertorio e interpretó más de un veintenar de sus éxitos en los que incluyó tanto boleros, como baladas y canciones de su adolescencia rescatadas a través de dinámicos popurrís. En todos, acompañado por un clamor incesante del público, al que incluso él mismo invitaba a cantar.
Reservado pero cortés, también se dio su tiempo para repartir en medio de la emoción de sus seguidoras, dos ramilletes de rosas blancas.
EL PREMIO
En un intermedio obligado, aparecieron en el escenario ejecutivos de la revista People en Español y funcionarios de la ciudad de San Antonio, para en una breve presentación nombrar a Luis Miguel "Alcalde por un día" (aprovechando que Julián Castro, el alcalde de San Antonio estaba de viaje en Charlotte, listo para participar en la Convención Nacional del partido Demócrata) y entregarle el Premio a la Trayectoria de Vida (People Lifetime Achievement Award) en reconocimiento a la huella que ha dejado como cantante y embajador de la música latina.
El internacional mexicano recibió los reconocimientos gustosamente y agradeció la distinción, saludó a los presentes. Les dijo lo feliz que lo hacía estar en la hermosa ciudad de San Antonio y enfatizó que gracias al apoyo de los fans es que era posible ése y otros logros. Después de reiterarle el agradecimiento al público gritó "Viva México", para dar paso a la entrada triunfal de una banda de mariachi que interpretó con exquisitez "El son de la negra".
Acto seguido, Luis Miguel se reincorporó al escenario para entonar, "El Rey" y "La media vuelta", entre otros clásicos de José Alfredo Jiménez que suele enaltecer con su estilo interpretativo, poco antes de dar por concluida la velada con una última ráfaga de éxitos pop suyos de la década de los noventa.