Sandra Velázquez/HoyDallas
No obstante me animé. Y sí, una vez en el lugar, en seguida sentí la agresividad del aire frío -con la puerta abierta a mis espaldas- mientras esperaba que encontraran mi nombre en la lista de invitados, pero aguanté. En seguida me encontré con Violeta Rocha, que ya estaba tan puesta como siempre, fiel a la causa, esperando instrucciones para una entrevista con Camila antes de su presentación.
Tras ser admitida con todas las de la ley nos fuimos a buscar a los contactos pertinentes, y en el trayecto hacia el fondo del lugar nos saludaron amablemente los muchachos de Alebrije, la banda local de rock que tocaría después del trío. Fue en ese lapso de saludar e identificar a los conocidos que me topé con su rostro; como no sabía de dónde lo conocía pero sentí una familiaridad espontánea, lo señalé con el dedo sin decirle nada, sonreí y seguí caminando. Hasta que nos acomodamos en un sitio más apartado para pedir un te caliente como favor especial, fue que le comenté a Violeta que ese señor de canitas en la barba se me hacía conocido... a ella no, así que ahí quedó la cosa.
Sí era él
Pasó más de una hora y la entrevista aún no cuajaba. Entonces se nos ocurrió colarnos a la improvisada área de vestidores, para tratar de averiuguar si ya estaban los muchachos por lo menos en el lugar; también tratando de buscar un lugar con un poco de calefacción. Un empleado de seguridad nos ayudó con una pesada puerta de fierro y a quien encontramos fue a ese señor barbón otra vez. Estaba medio agazapado en un cuarto junto a otros señores, en un privado que estaba heladísimo, era mejor estar afuera con el ruido pero al menos con un poco más de calor porque estos cuatro se veían hasta muy serios por el impacto del clima.
Yo le dije a Violeta que ahora sí saldría de dudas, porque esa cara yo la había visto antes y me latía que era un músico y reconocido. -Buenas noches, les dije a todos, y mirándolo directamente a los ojos le pregunté a él -"disculpe, ¿de casualidad es usted Ernesto Anaya? Es que no se si sea, pero se parece mucho, hace rato lo vi cenando pero no estaba segura, le expliqué. De inmediato dijo que sí era él y se levantó para saludarnos, entonces nos presentamos y le aclaré que lo recordaba por un vídeo en el que canta con Eugenia León, además de haberlo visto en todo el detrás de las cámaras de "Puño de tierra", también de Eugenia, un DVD que adquirí apenas en el 2009... de ahí la frescura del recuerdo.
Ernesto se sorprendió igual o tanto más que nosotras por el detalle. En un momento nos olvidamos un poco de lo inhóspito del rincón y nos salimos a una pieza contigua para conversar a gusto. Nos confirmó que venía a tocar junto a otros colegas para armar una sección de cuerdas en el espectáculo de Camila, al tiempo que compartía anécdotas de su larga trayectoria como músico en México, su patria querida.
El recorrido de Ernesto por el ambito artístico es muy largo y sus colaboraciones lo son aún más. Personalmente me fascinó enterarme que la música incidental por ejemplo, de la exitosa telenovela Mirada de mujer, fue obra suya. Ha trabajado con Lila Downs, colaborado con muchos artistas populares así como con otros menos famosos pero igual de talentosos como la cantante Alejandra Robles, todo ello sin descuidar sus proyectos personales.
En su disco Huapangueando (2009) en el cual lo amadrinó Eugenia León, registró colaboraciones con grandes amigos suyos, entre ellos Aleks Syntek, con quien grabó "Cielo rojo". Aunque es un músico, productor, cantante y arreglista muy versátil, Anaya no escondió durante la charla su pasión por lo que adivinamos, es su primer amor: la música tradicional mexicana, como el son jarocho, entre otros géneros. Además de adelantarnos la noticias de la posibilidad de acompañar en una gira internaciona a Camila, sus ojos se iluminaron para compartirnos que será papá por primera vez. En eso nos avisaron que ya estaba lista la otra entrevista y apenas nos despedimos.
Fue un verdadero hallazgo el haberlo identificado, y el que tomara parte en el acompañamiento de Camila también me dejó con un muy buen sabor de boca, pues comprobé que los muchachos además de exitosos, saben rodearse de gente talentosa y con más experiencia, lo cual les da un toque de sofisticación más allá del hermoso ruido que pueden conseguir con la típica combinación de guitarras, piano y batería...valió la pena la salida, sin duda.
Nostalgia que emociona:
El amor mueve al mundo pero el desamor inspira grandes canciones y para quien lo dude, basta con darle un vistazo a la mayor parte de los grandes éxitos desde que se inventaron las grabaciones musicales. En el caso de Camila, la nostalgia y el desamor también siguen siendo los temas recurrentes de sus canciones en su segundo disco: Dejarte de amar. Son un talentoso trío de música pop, muy detallistas y portadores de una sensibilidad vocal que los ha convertido en la agrupación con mayor seguimiento en los últimos años tanto en su natal México como en los Estados Unidos y otros países de América Latina. Cuando se retiró el dueto Sin Bandera, Camila dijo presente y pareciera que su aventura no será cosa de una moda.
Sandra Velázquez es periodista, editora y traductora. Desde 2002 escribe sobre música, deportes y temas de actualidad. Escríbele a: svelazquez@hoydallas.com
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| Ernesto Anaya en Dallas |
Ocurrió un lunes por la noche, en un inicio de semana de esos que se prestan más para clausurar actividades temprano y dar por terminada la jornada viendo la tele en casa, en vez de lidiar con los gélidos fríos de la temporada. Pero no, surgió la tentación de ir a escuchar a Camila, de visita en Dallas en plena promoción de su segundo disco, y la tentación fue inevitable.
Si los muchachos pertenecen a la ola del pop inteligente de la década, seguro que tendrán algo bueno que ofrecer, pensé. Entonces decidí que sí me daría una vuelta por OK Corral, a pesar de lo estrecho que puede llegar a ser el lugar en cuestión de alojamiento: es que el local es pequeño y aunque que usualmente se ofrecen presentaciones breves e informales, la espera es siempre algo difícil. Ahí no importan las credenciales de prensa y siempre es duro llegar hasta el área del escenario a conseguir una buena foto y luego abrirse paso de regreso para buscar un lugar donde seguir los detalles de la actuación.
No obstante me animé. Y sí, una vez en el lugar, en seguida sentí la agresividad del aire frío -con la puerta abierta a mis espaldas- mientras esperaba que encontraran mi nombre en la lista de invitados, pero aguanté. En seguida me encontré con Violeta Rocha, que ya estaba tan puesta como siempre, fiel a la causa, esperando instrucciones para una entrevista con Camila antes de su presentación.
Tras ser admitida con todas las de la ley nos fuimos a buscar a los contactos pertinentes, y en el trayecto hacia el fondo del lugar nos saludaron amablemente los muchachos de Alebrije, la banda local de rock que tocaría después del trío. Fue en ese lapso de saludar e identificar a los conocidos que me topé con su rostro; como no sabía de dónde lo conocía pero sentí una familiaridad espontánea, lo señalé con el dedo sin decirle nada, sonreí y seguí caminando. Hasta que nos acomodamos en un sitio más apartado para pedir un te caliente como favor especial, fue que le comenté a Violeta que ese señor de canitas en la barba se me hacía conocido... a ella no, así que ahí quedó la cosa.
Sí era él
Pasó más de una hora y la entrevista aún no cuajaba. Entonces se nos ocurrió colarnos a la improvisada área de vestidores, para tratar de averiuguar si ya estaban los muchachos por lo menos en el lugar; también tratando de buscar un lugar con un poco de calefacción. Un empleado de seguridad nos ayudó con una pesada puerta de fierro y a quien encontramos fue a ese señor barbón otra vez. Estaba medio agazapado en un cuarto junto a otros señores, en un privado que estaba heladísimo, era mejor estar afuera con el ruido pero al menos con un poco más de calor porque estos cuatro se veían hasta muy serios por el impacto del clima.
Yo le dije a Violeta que ahora sí saldría de dudas, porque esa cara yo la había visto antes y me latía que era un músico y reconocido. -Buenas noches, les dije a todos, y mirándolo directamente a los ojos le pregunté a él -"disculpe, ¿de casualidad es usted Ernesto Anaya? Es que no se si sea, pero se parece mucho, hace rato lo vi cenando pero no estaba segura, le expliqué. De inmediato dijo que sí era él y se levantó para saludarnos, entonces nos presentamos y le aclaré que lo recordaba por un vídeo en el que canta con Eugenia León, además de haberlo visto en todo el detrás de las cámaras de "Puño de tierra", también de Eugenia, un DVD que adquirí apenas en el 2009... de ahí la frescura del recuerdo.
Ernesto se sorprendió igual o tanto más que nosotras por el detalle. En un momento nos olvidamos un poco de lo inhóspito del rincón y nos salimos a una pieza contigua para conversar a gusto. Nos confirmó que venía a tocar junto a otros colegas para armar una sección de cuerdas en el espectáculo de Camila, al tiempo que compartía anécdotas de su larga trayectoria como músico en México, su patria querida.
El recorrido de Ernesto por el ambito artístico es muy largo y sus colaboraciones lo son aún más. Personalmente me fascinó enterarme que la música incidental por ejemplo, de la exitosa telenovela Mirada de mujer, fue obra suya. Ha trabajado con Lila Downs, colaborado con muchos artistas populares así como con otros menos famosos pero igual de talentosos como la cantante Alejandra Robles, todo ello sin descuidar sus proyectos personales.
En su disco Huapangueando (2009) en el cual lo amadrinó Eugenia León, registró colaboraciones con grandes amigos suyos, entre ellos Aleks Syntek, con quien grabó "Cielo rojo". Aunque es un músico, productor, cantante y arreglista muy versátil, Anaya no escondió durante la charla su pasión por lo que adivinamos, es su primer amor: la música tradicional mexicana, como el son jarocho, entre otros géneros. Además de adelantarnos la noticias de la posibilidad de acompañar en una gira internaciona a Camila, sus ojos se iluminaron para compartirnos que será papá por primera vez. En eso nos avisaron que ya estaba lista la otra entrevista y apenas nos despedimos.
Fue un verdadero hallazgo el haberlo identificado, y el que tomara parte en el acompañamiento de Camila también me dejó con un muy buen sabor de boca, pues comprobé que los muchachos además de exitosos, saben rodearse de gente talentosa y con más experiencia, lo cual les da un toque de sofisticación más allá del hermoso ruido que pueden conseguir con la típica combinación de guitarras, piano y batería...valió la pena la salida, sin duda.
Nostalgia que emociona:
El amor mueve al mundo pero el desamor inspira grandes canciones y para quien lo dude, basta con darle un vistazo a la mayor parte de los grandes éxitos desde que se inventaron las grabaciones musicales. En el caso de Camila, la nostalgia y el desamor también siguen siendo los temas recurrentes de sus canciones en su segundo disco: Dejarte de amar. Son un talentoso trío de música pop, muy detallistas y portadores de una sensibilidad vocal que los ha convertido en la agrupación con mayor seguimiento en los últimos años tanto en su natal México como en los Estados Unidos y otros países de América Latina. Cuando se retiró el dueto Sin Bandera, Camila dijo presente y pareciera que su aventura no será cosa de una moda.
Sandra Velázquez es periodista, editora y traductora. Desde 2002 escribe sobre música, deportes y temas de actualidad. Escríbele a: svelazquez@hoydallas.com