Lucía González/HoyDallas.com
El verano pudiera ser para muchos la temporada menos propicia para leer, pero obligada a pasar los intensos días de calor en una mansión victoriana en Newport, Rhode Island, lo único en que podía pensar era en tener en las manos un buen libro, y la Diosa Fortuna escuchó mis ruegos y me mandó El lector.
Lo único lamentable de este libro, escrito por el alemán Bernhard Schlink, es la brevedad, que por demás está decirlo es una cualidad de la buena escritura; sin embargo, para quienes disfrutamos de la historia de Hanna y Michael Berg, esta economía literaria nos juega en contra porque nos quedamos con ganas de más.
Cuando Schlink publicó su novela no recibió ni una mala crítica, creemos que eso se debió a la autenticidad de los protagonistas, a la belleza al dibujarlos, a la sinceridad con que Michael enfrenta su despertar al sexo.
El lector no pretende ser lo que no es. Así que usted no encontrará un lenguaje rebuscado, ni siquiera una pretensión mal ubicada. Es simplemente el relato de una vida que empieza en la adolescencia. No hay intriga, ni traiciones, ni malos ni buenos , que es lo mejor: no hay estereotipos.
Quien la lee, tiene en sus manos la historia de cómo un adolescente de 15 años llamado Michael encuentra de manera fortuita, como casi siempre pasa, al primer amor de su vida; lo malo es que ella es una mujer de más de 30 años.
Obligado a estar en casa por una enfermedad, cuando finalmente Michael puede salir va en busca de Hanna y tras las relaciones sexuales empieza la historia.
Y si bien es cierto que no hay traiciones, ni asesinatos, ni un tercero en discordia, el fantasma del holocausto se apodera de la segunda parte de la historia y se transforma en un personaje más que acapara la atención y obliga a repensarlo desde otra perspectiva: la de una mujer que la vivió desde dentro, sin más entendimiento que el de la supervivencia y despojado de cualquier intento “hollywoodesco” al retratar su calvario.
Hanna deja a Michale un buen día, sin explicación de por medio, y él debe encontrar solo la salida a su dolor y lo exorcisa como puede, haciéndose el valiente, manteniendo su estatus de joven invencible y conquistador, porque la relación con ella le dejó una falsa valentía, pero todo eso no lo entiende sino hasta muchos años después, cuando el destino lo enfrenta de nuevo a
Hanna y se devela el secreto que ella guardó celosamente y el mismo que la ha llevado a dejar empleos y hacerse invisible a sus querencias.
Hanna es un personaje magnífico, detallado con maestría, de esos que no se olvidan, porque quizá al terminar la lectura usted no recuerde a qué se dedicaba el papá de Michael, pero siempre llevara en su corazón a Hanna, es tan real que hasta despierta el deseo de ayudarla.
Sencillo, confrontador y realmente bien escrito. El lector es un excelente descubrimiento.
El Lector
Editorial Vintage en español
Precio.- 13.95.
(El dato: La historia de Michael y Hanna ya se llevó a la pantalla grande, los protagonistas son Kate Winslet y Ralph Fiennes y está por estrenarse).
Periodista, poeta, cuentacuentos y escritora, Lucía González ha mudado de piel y de escenarios muchas veces en su vida, pero siempre ha mantenido una constante: La literatura. Escríbele a: luciette2001@yahoo.com