POR SANDRA VELÁZQUEZ
La expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla habló con Hoy Dallas al finalizar el foro que sostuvo junto al expresidente mexicano Vicente Fox el mes pasado, en el aniversario de los 75 años de la Cámara de Comercio Hispana de Dallas.
Durante su ponencia usted habló de la sorpresa que fue Costa Rica en Brasil 2014 y de la exposición mundial que recibió, ¿qué nos comenta al respecto?
"Nos sentimos muy
orgullosos, no solamente del desempeño en el futbol, a pesar de que el futbol
es tan popular, tampoco necesariamente habíamos llegado a hacer de él una de
nuestras mayores fortalezas. Pero tenemos otra serie de fortalezas en los temas
de democracia, de paz, de protección de la libertad, de protección del medio
ambiente, entre otras.
¿Es un modelo a seguir en
Centroamérica y Latinoamérica, Costa Rica?
"Yo creo que sí. ¿Y
cómo podemos evaluar cuando una nación está haciendo las cosas bien? Cuando su
gente se queda en su país. Porque siempre lo he dicho, la gente no emigra
porque le da la gana, si la gente pudiera escoger se quedaría siempre en su
país de origen, de nacimiento. En Costa Rica han logrado ir caminando, con
muchas, a veces, dificultades, enfrentando muchos problemas, pero han logrado
ir caminando en un desarrollo bastante armonioso que ha hecho que hasta ahora
sea uno de los países de América Latina que menos gente expulsa. Mientras en
algunas naciones la remesas representan un porcentaje muy importante de su
Producto Interno Bruto, en Costa Rica las remesas representan tan solo un 0.5
por ciento de nuestro PIB, es decir, los costarricenses prefieren seguir
buscando las oportunidades en nuestra propia nación.
¿Cómo enfrentar el
problema del narcotráfico en América Latina?
"Es uno de los
grandes males, en este momento está agobiando a muchas naciones de América
Latina, Costa Rica es una de ellas, por estar en Centroamérica, que es una ruta
de paso de la droga. Toda Mesoamérica ha estado condenada al problema del
narcotráfico al tener los grandes productores al Sur, los grandes consumidores
al Norte, y es lo que ha hecho es dejar una estela de violencia y de
corrupción. ¿Y cómo combatir es muy complejo, lo que si es cierto es que la
guerra tal cual se ha hecho hasta ahora contra las drogas no ha funcionado,
tampoco podemos apostar todo a los temas de legalización, el tema es mucho más
complejo, hay que invertir en prevención, hay que generar mejores condiciones
para nuestros jóvenes, y hay que, sobre todo, trabajar por una
institucionalidad mucho más íntegra y eficiente que pueda combatir a través de
la justicia el fenómeno del crimen organizado".
Siendo usted una de las
pocas mujeres que ha gobernado un país, ¿nos puede compartir algo de su
experiencia al respecto?
“Muchas veces las mujeres
ponemos mucha fuerza en tratar de conseguir el puesto, y si bien eso es
importante y hay que llegar a esos puestos, a veces se nos olvida, que cuando
creemos que hemos ganado el puesto, lo más difícil de la lucha apenas empieza,
que es mantenerse y sostenerse en ese puesto en las mejores condiciones
posibles, porque una vez que llegamos pues empezamos de nuevo a desafiar muchos
patrones histórticamente ligados al liderazgo masculino, que nos van a juzgar
conforme a ese tipo de patrón, de manera que no hay que dar por terminada la
lucha una vez que una mujer se convierte en ministra, en presidenta, en
legisladora, tiene que mantener siempre la guardia en alto, entendiendo que no
es fácil gobernar como mujer porque hay muchos patrones que han condicionado la
percepción de la gente”.
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