Bebe fue nomida al Latin Grammy de nuevo |
Bebe es una artista demasiado talentosa para poder descalificarla de buenas a primeras... pero su nuevo disco, "Un pokito de rocanrol", no es precisamente para presumir, (aunque tampoco es desechable; arriesgado y confuso, sí), es un trabajo que por sí mismo le jugará o ya le empezó a jugar una mala pasada a la española. Y de eso, ella es la principal responsable.
Dicen que la primera impresión es la que cuenta, y es ahí donde empieza todo, pues la primera gran "mancha" de su nueva obra es "K.I.E.R.E.M.E.", el cual fue elegido como corte promocional de su tercer disco, y aunque se trata de un número energético e innovador, es difícil de creer que Bebe se atribuya la autoría de ese intento de canción. Todo un D.E.S.A.T.I.N.O.
K.I.E.R.E.M.E. (así, deletreada la palabra, como se le ocurrió cantarla) a manera de carta de presentación, es pésima. Deja una muy mala impresión, principalmente, ante quienes la escuchan por primera vez y no saben que detrás de ese intento suyo de sonar un poco más movidita y “pegajosa” se esconde una creadora de primera línea.
Porque es innegable que su debut, -“Pa’fuera telarañas”, allá por el 2004- fue un trabajo atrevido desde entonces, pero de primerísima línea; de alto contenido poético y de frases callejeras a la vez, con recorridos por el ská, hip hop, rumba y pop tradicional. Y es cierto que es lo más natural que al ser humano le ocurran cambios, le lleguen nuevas ideas, pero…
Bebe dice que si hubiera que definir su nuevo álbum con una palabra, sería "energía": la fuerza que recorre nuevas canciones, como "Me pintaré, "Adiós", "Sabrás", "Compra-paga". "He olvidado la melancolía, estoy con una energía positiva recuperando mi humor negro. Me ayuda a estar en pie, a tener la mente libre".
Más que energética, rebelde, u original, la interpretación de Bebe en la mayoría de los temas de “Un pokito de rocanrol” sugieren momentos casi de desdén, en el que la extremeña deja mucho que desear, pero igual es una rotura con las formas tradicionales.
Aunque también el cd tiene también sus momentos de brillantez, en el que se asoma la Bebe que sorprendió y conquistó a muchos, sobre todo en su patria, con letras espontáneas como la de "A,B,C": “No me acostumbro a tanta policía pervertía, no me acostumbro a mirá y que no estés, no me acostumbro a que no haya casa pa’ todos, cuando la tierra no es de nadie, no me acostumbro a vivir sin sol... no me acostumbro a tanto muerto vertical”.
Ni qué decir de "Adiós", que es en realidad la verdadera joya del programa. Es la única canción que de principio a fin reivindica los dichos de Bebe respecto a lo energético, lo audaz y lo nada melancólico de este disco. "Adiós" es una despedida casi festiva, esas ganas de clausurar una relación antes de que todo se vuelva tóxico y seguir adelante. "Esta es la mejor manera de decirte adiós, aunque me cueste estar a ostias con mi corazón, hemos hecho lo que hemos podido, prefiero estar sola a estar contigo. El mundo entero es pa' mí, ahora sé que sí".
Luego para el cierre otra decepción, quizá en algunos años como maqueta hubiese sido mejor apreciada; pero no, en “Yo fumo”, donde dice que da su reino por un pitillo, se trasluce una voz histérica y aniñada al mismo tiempo, burlona… aunque claro, también independiente, dirán los amantes del arte marginal, porque después de todo, cada artista puede hacer lo que le plazca en o con sus canciones. Tiene todo ese derecho, sin duda.
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