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25 may 2010

Julieta Venegas y el deleite del amor

SANDRA VELAZQUEZ

Detrás de su imagen un tanto introvertida, Julieta Venegas resulta ser tan simple como el amor y tan sensible como cualquiera que ha crecido en la frontera más transitada del mundo: Tijuana, Baja California.

A pesar de prestarse a una conversación animada y salpicada de distintos matices, a esta mexicana es imposible sacarle nombres y lugares privados, porque apenas se dedica a compartir lo compartible y eso, evidentemente tiene que ver con su creación musical. Lo de su embarazo, no lo puede ocultar, pero no pasa de sonreír ante cualquier sugerencia sobre esa novedad en su vida.

Por lo pronto ya hizo a un lado el acordeón como consecuencia del ser que lleva dentro de su vientre. Pero la conversación no daría mucho por ese lado, así que cómodamente nos recibe en una salita antes de presentarse en vivo en el House of Blues de Dallas, a mediados de abril, y a pregunta expresa procede a describir su placa más reciente, "Otra cosa".

"Es un disco que tiene de todo", apunta, con una tranquilidad que contrasta los pocos minutos que restan para que se encamine al escenario a cumplir con la noche. "Tiene mucha reflexión, desencanto, alegría, tiene de todo. No sé si es un disco alegre, no lo describiría así, creo que tiene como más capas".

Como es de suponerse, "Otra cosa" es un disco que le gusta porque fue una obra en la que tuvo mucho tiempo para escribir y desarrollar, comenta la futura mamá, cuyo trabajo anterior fue un desenchufado (MTV Unplugged, 2008) que fue recibido con críticas muy positivas tanto de la prensa como del público y la terminó de consolidar internacionalmente.

"Eso para mi es como crucial, sabes... es como tener todo el tiempo del mundo para desarrollar las canciones y decidir lo que quiero que entre y lo que quiero contar", afirma sobre la hechura de la nueva placa.

Aunque se tome su tiempo para reunir un disco a su gusto, confiesa que más allá de un objetivo en particular en cuanto a un estilo musical, la cuestión es darle espacio a la inspiración en un momento dado.

"Yo nunca sé la verdad a qué suenan mis discos, la verdad, soy muy poco objetiva, por eso prefiero que la gente los escuche y que ellos digan; creo que eso es lo lindo, que cada quien le encuentre lectura diferente y yo como no la pienso mucho... de hecho justo lo que trato de hacer es no pensar demasiado cuando escribo, como que digo: que fluya y lo que salga, que salga naturalmente sin ponerme muchas trabas yo".

De ahí que resulte extraordinario esa conjugación de sentimientos tan al natural sin anteponerse grandes metas, sino más bien deleitarse para luego conseguir deleitar.

"Lo que más me atrae de escribir canciones es justo el proceso de escribirlas...sentarme en el piano todos los días, escribir una historia, y si me pongo a pensar cuál va a ser el resultado puede que no se me ocurra nada".

La lista de las colaboraciones que Venegas ha hecho con argentinos es enorme, una de las más remotas, para quienes la recuerdan desde antes de que fuera lo que se dice famosa, es la participación que hizo con su acordeón en "Tracción acústica", un disco grabado en vivo de los Enanitos Verdes en la capital mexicana hacia 1997.

Después sería Diego Torres, Cotty, Andrés Calamaro y hasta Miranda.

Como tampoco lo puede negar, vuelve a reír y explica lo que ya sabemos: "Sí me gusta, es que no sé por qué he hecho un equipo de gente con la que me siento muy a gusto, siento mucha afinidad con los músicos en Argentina, creo que hay algo que a mi me parece muy atractivo que es la cuestión del rock...en mi primer disco trabajé con Gustavo Santaolalla y luego a partir del tercero con Cachorro López, o sea sí; siempre han estado como rondando los argentinos. Es algo que se me da sin querer, me da risa porque en México también me reclaman".

El disco más reciente lo planeaba grabar en México, pero un viaje para seleccionar temas a Buenos Aires la hizo quedarse a registrar el material allá, detalla. "Fue como medio raro".

Incluso "Debajo de mi lengua", incluida en la nueva placa, fue compuesta entre ella y Adrián Dárgelos, el líder de la banda argentina Babasónicos, una experiencia creativa enriquecedora y un tanto fuera de lo común, según expresó la propia Julieta.

"Con Adrián -somos amigos desde hace tiempo- me encantó el resultado. Tiene una personalidad increíble y además como compositor tiene mucha personalidad, entonces, el encontrar un punto medio para los dos fue, estuvo divertido, porque era un jaloneo bueno, muy positivo, o sea, él tiene una cosa con las palabras, como muy exacta, hasta casi fetichista diría yo..."

Siendo una mujer de vida fronteriza, le preguntamos su sentir sobre el tema de los inmigrantes que han cruzado hacia los Estados Unidos y parecen estar bajo ataque a últimas fechas.

"Es muy dura la realidad y a mí, yo con lo que siempre me quedo de la gente que decide cruzar o intentar cruzar o hacer todo el trayecto, como los que vienen de Centroamérica, los que vienen del sur de México o de cualquier lugar de México, pues yo lo veo como que son gente muy valiente, sabes, aventarse a algo así, digo, realmente es por la desesperación que puede ser, pero también tiene una cosa como de -hay muchos jóvenes que se van- y ellos lo ven como una aventura también, que dicen lo voy a hacer porque voy a encontrar algo diferente, voy a buscar algo para mi familia porque voy a ayudarlos", opina emocionada y sus ojos adquieren cierto brillo al hablar.

"A mí me encantaría que nadie se tuviera que ir de casa, porque yo creo que nadie se quiere ir realmente. Lo hacen por cuestión de necesidad, entonces creo que a la vez que ha sido muy duro para ellos, de alguna manera enriquecen mucho a Estados Unidos".

"Hay una canción en este disco que se llama "Un lugar", que se inspiró en la situación de los migrantes... pero es una canción de amor, es de dos personas que deciden irse juntos y que están buscando su lugar porque no lo encontraron donde están y no quieren que los detenga el miedo, realmente saben que ellos van a encontrar algo propio y lo están buscando".

La música, su música, por ejemplo, podría ser un instrumento para transmitir historias de ese tipo, pero, es honesta y reconoce que no es exactamente lo suyo.

"Como que yo no soy capaz de contar las historias tan duras, de una manera como social, tengo que contarlas desde el amor, porque ocurren desde el amor" (sus canciones).

Personalmente afirma, "no hay manera de darles voz", dice sobre las desventuras de los emigrantes fuera de su país.

"Creo que les puedes dar como consuelo, eso es lo que yo busco darles, cuando vengo a Estados Unidos y veo la gran nostalgia que tienen, siempre estoy como, me emociono mucho, porque me puedo imaginar lo que es, no poder volver a tu país, porque tú en cuantro cruces la línea ya eres otra persona, eso es clarísimo...el que lo ha vivido lo sabe, yo que viví toda mi vida en la frontera lo sé. Yo era una persona de un lado y otra del otro y me identifico con los dos".

La expresión de su rostro dice más que mil palabras y con esa imagen es que se despide, solidaria y cortés. Esos nostálgicos de los que habla llevan esperando para verla poco más de un par de horas y ya no aguantan más.

*En esta entrevista también participó la reportera de Hoy Dallas, Violeta Rocha.

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