Por Sandra Velázquez
Hoy Dallas
DALLAS -- A pesar de que el clima político, dicen los analistas, es adverso y poco propicio para la aprobación de una Reforma Migratoria en los Estados Unidos, miles de iglesias cristianas a través de toda la Unión Americana se han unido a la causa de más de 11 millones de indocumentados para pedirle al presidente Barack Obama que cumpla una de sus grandes promesas de campaña: la de impulsar un cambio en las leyes de inmigración de este país.
"El tema de la inmigración es un asunto humano, no latino, involucra a jóvenes, niños, adultos, mujeres y ancianos y a gente de varios continentes, opina el pastor Owen K. Ross, quien ofreció una vigilia en la Iglesia Metodista Lovers Lane de Dallas, semanas antes de la partida de una caravana de alrededor de 400 personas hacia Washington, DC para participar en la denominada Marcha por América.
Más allá de ganancia política de la demostración en la Explanada Nacional de la capital de los Estados Unidos, el evento -que congregó a más de 200 mil personas el 21 de marzo, sirvió como muestra de que la esperanza no ha muerto en los corazones de los millones de indocumentados que esperan y cuentan las horas para ver una reacción positiva hacia el tema de parte de la Casa Blanca.
La frustración va en aumento porque el presidente prometió acción durante el primer año de su mandato y hasta ahora nada se ha materializado. La prueba es que a más de 12 meses de gobierno de Obama, las deportaciones no han sido frenadas y los números lo demuestran. Entre la comunidad centroamericana, por mencionar a un grupo, las autoridades deportaron a 5,665 guatemaltecos indocumentados en el primer trimestre de 2010.
De acuerdo a la Dirección General de Migración de Guatemala, sólo durante el mes de marzo fueron repatriados 2052 guatemaltecos carentes estatus legal en la Unión Americana.
Lori Stafford, voluntaria de La Red de Trabajo de Bienvenida a los Inmigrantes (Welcoming Immigrants Network), dice que es importante que se presione en Washington, porque “no hay cambio de política, pero si todas las personas alzan sus voces se puede provocar el cambio.”
Siempre ha sido un movimiento de abajo hacia arriba, siempre (los políticos) hablan durante épocas de elecciones pero no es hasta que se les reclama que pasa algo”, recalcó.
Explicó que los indocumentados tienen derechos legales en los Estados Unidos a pesar de su condición.
“Tenemos que ayudarlos a organizarlos para que sepan que su voz en este país sí cuenta… y no nada más para exigir una reforma migratoria, también (involucrándose) con las escuelas, en votar por los jueces, por las juntas escolares y pedir que se reparen las calles”.
Sobre su vocación personal y apoyo a los indocumentados, reflexionó: “Dios no sabe nada de fronteras, o países, o de las leyes del hombre, él tiene sus propias leyes y esas leyes son las que sigo…”
Promesa incumplida
Parece que fue ayer, cuando en plena campaña política para la presidencia de los Estados Unidos, el Obama senador, en busca del voto hispano o latino, lanzaba discursos como el siguiente a mediados del 2008: “Cuando las comunidades son aterrorizadas por las redadas del ICE, cuando las madres lactantes son separadas de sus bebés, cuando los niños regresan a casa de la escuela para ver que sus padres no están… cuando todo está pasando, el sistema es que no está funcionando y necesitamos cambiarlo”.
Una de las pocas figuras públicas del mundo del espectáculo que ha brindado su apoyo al movimiento pro Reforma Migratoria es Lucía Méndez, la veterana actriz de telenovelas, que alcanzara fama internacional a mediados de la década de los ochentas.
La actriz mexicana participó como vocera de la Caravana de Jesús, un grupo con sede en Charlotte, Carolina del Norte, en la manifestación del 21 de marzo en Washington y después le pidió a los famosos que se solidarizaran con los indocumentados, por lo menos en agradecimiento a todo lo que han recibido de ellos como público.
Explicó que los famosos deben entender que "este público ha llenado lugares... a mí me ha ayudado muchísimo", reconoció y desafió a que se note con acciones el interés por la causa inmigrante de parte de los que viven de la fama. "Aquí no hay protagonismo", sentenció, "a mí me tocó ser vocera pero puede haber más voceros, entonces veremos quién quiere a la comunidad latina, quién quiere a la comunidad hispanoparlante y quién no".
También recordó la buena fe y respeto que siente por el presidente Obama, una persona a la que calificó de buen corazón, pero que en 14 meses no ha hecho nada por avanzar una vía de legalización que prometió para su primer año de mandato.
La Conferencia Nacional de Líderes Hispanos Cristianos movilizó a las iglesias de toda la nación para participar. Miles de hispanos evangélicos viajaron desde California, Texas, Nuevo México, Washington, Nevada, Colorado, Florida, Nueva York, Nueva Jersey, Pennsylvania, Connecticut, Massachusetts, Georgia, Virginia, Maryland, Illinois y Arizona con el fin de demostrar su apoyo para la reforma migratoria de 2010.
La Asociación Nacional de Líderes Hispanos Evangélicos anunció una "Estrategia de Asimilación Justa" nacional que involucra a las 25,434 iglesias miembros para que sirvan como defensoras locales y nacionales del plan que aborde la reforma migratoria involucrando a conservadores y liberales.