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15 mar 2010

Maldita Vecindad, música real y para el alma

Por Sandra Velázquez
HoyDallas

DALLAS -- Este lunes, el House of Blues promete una fiesta musical, una celebración sonora más allá de los géneros y etiquetas -que a veces encasillan en vez de informar- con la presencia de la veteranísima banda chilanga Maldita Vecindad (y los hijos del quinto patio).

A propósito de su visita, nos permitimos reproducir una charla con el incansable líder vocal de la banda, Roco, sostenida en Los Angeles hace algún tiempo, pero que aún resulta muy fresca. (La entrevista fue publicada originalmente en el periódico Vida en el Valle).

Todo un movimiento

Los que conocen a Maldita Vecindad saben que con ellos siempre hay variedad y esa misma oferta genuina es la que los ha mantenido vigentes aunque apartados de los grandes reflectores.

"Con Pachuco hemos hecho un buen de fusiones, hemos invitado a un amigo que toca el acordeón, alguna vez también la hicimos en son veracruzano y así, ¿no?", comenta Roco respecto a las versiones que ellos mismos han hecho de la canción quizá más emblemática de su carrera.

"(El tema) 'Pachuco' es muy importante para nosotros porque habla exactamente de las raíces del primer movimiento de cultura independiente, de resistencia contra el capitalismo, porque siempre nos han dicho que el rocanrol y que esto... pero no es cierto, antes del rocanrol, a mediados de los 40's surgió el movimiento Pachuco, el primer movimiento de raíz latina con unión afroamericana, inclusive con todos los blancos que también estaban en contra".

Mientras que en la actualidad hay infinidad de grupos de reacción a los movimientos armados, según Roco, "en ese momento estaba la Segunda Guerra Mundial, entonces fue el primer movimiento pacifista contra la guerra y que armó toda una cultura.

"Porque el "pachuquismo" era una manera de hablar, era el famoso surgimiento del Spanglish, también involucraba todo lo que era el muralismo, la manera de vestir que son los zoo-zuits, entonces era toda una cultura completa que después, a nivel musical, ahí se encontraba la fusión de jazz, el ska, el jazz afroamericano, el R&B, por el lado de lo mexicano se encontraba la música norteña, la ranchera y por la parte latina tenía el mambo, el danzón, la rumba".


Sobre la influencia del ská en su repertorio, Roco recuerda que éste es posterior, "es una música que se desarrolla en Jamaica en los sesentas, pero nosotros lo retomamos porque en el ská, el uso de la guitarra es rítmico, como si fuera un guiro y ese mismo uso de la guitarra se encuentra en la música norteña y también lo ves en el rasgueo del son veracruzano, por ejemplo; entonces nosotros encontramos ese puente entre el ská y las músicas populares de México, que nos encanta, y por eso lo empezamos a fusionar…"

Algo que también llama mucho la atención del grupo originario del D.F. es su baile en el escenario: "Nos sale así, nuestra máxima influencia es Resortes y Tin Tán, los grandes maestro de baile, pero la verdad nos divertimos mucho pero no preparamos nada".

Música real

Maldita Vecindad nunca ha estado en las listas de popularidad y hasta cierto punto son artistas marginales, una condición que en vez de incomodarlos los dignifica: "El neoliberalismo está queriendo convertir todo en una mercancía, la vida misma la quieren convertir en una mercancía", apunta Roco.

"La música la quieren convertir en eso, por eso todo el tiempo hacen sus productos prefabricados desde las oficinas, de sus Timbiriches, sus Rebeldes, sus Britney Spears, pero la verdadera música no es una mercancía, la verdadera música es un invento del alma y entonces, en México tenemos mucha música popular y donde vive ésta ahorita no es en las premiaciones o en las ventas de discos, en donde vive la música popular es en la calle… en los salones de baile, en las fiestas donde pones la música que te gusta para bailar…ahí es donde vive la música popular y ahí es donde está Maldita Vecindad... ahí hemos estado todo este tiempo".

En 1985 Caifanes, Fobia, Kenny y Los Eléctricos y Maldita Vecindad encabezaron el movimiento del "Rock En Español" en México.

"Son 20 años que ya llevamos juntos, porque a pesar que no hemos sacado un nuevo disco, no vamos a las premiaciones y todo eso lo de la industria de la música; donde sí estamos es en la música real, en conciertos, todos saben que las presentaciones de nosotros son una celebración de paz y de baile".

Ahí, dice Roco, "no hay nadie más que los músicos y la gente y surge la magia ahí no hay nada de compañías, no hay promoción, no hay premios".

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La prestigiada agrupación debutará en la casa del blues de Dallas coincidiendo con el estreno de su disco más reciente, Circular colectivo, su primera producción de estudio tras 12 años de alejamiento de la industria. FECHAS: Marzo 15 – Dallas, TX – House of Blues, Marzo 16 – Houston, TX – House of Blues, Marzo 17 – Austin, TX – Official SXSW Showcase @ Antone's, Abril 16 – Long Beach, CA – Toyota Grand Prix, Mayo 27 – Milwaukee, WI, Mayo 28 – Chicago, IL – Congress Theater.


Sandra Velázquez es periodista, editora y traductora. Desde 2002 escribe sobre música, deportes y temas de actualidad. Escríbele a: svelazquez@hoydallas.com.

26 ene 2010

BLOG | La música en tiempos de malas noticias


Por Sandra Velázquez

Kenny y los Eléctricos me liberó de la sensación de tristeza que me dejó la noticia del atentado contra el futbolista Salvador Cabañas. En realidad, el relax inició con unas canciones de Joaquín Sabina pertenecientes al Yo, mi, me, contigo, en especial esa de "Postal de La Habana", que en un segundo consigue hacerme viajar al añorado Caribe, aunque definitivamente el sentimiento tan particular de la Avilés, su alma rockera, tan natural, fue quien logró sacudirme la pesadumbre de ver en la mayoría de las portadas electrónicas de los medios periodísticos mexicanos, la inesperada violencia en contra del mencionado deportista.

Y es que estas últimas semanas han sido duras, tanto para el público como para los obervadores, narradores, comentaristas y líderes de opinión, o periodistas, como sea que nos querramos definir. Como un inesperado temporal es que hemos recibido toneladas de tristeza a través de la Internet y la televisión desde que aconteció la tragedia de Haití. Sé que toda esa cobertura sobre la devastación en el pequeño país caribeño es necesaria, porque con esas imágenes desoladoras se busca apelar a la buena voluntad de la comunidad internacional para que se multiplique la ayuda a los haitianos. Totalmente de acuerdo, simplemente, y creo que la discusión será eterna, la clave es saber hasta qué punto es suficiente el despliegue de "ejércitos de reporteros y corresponsales" en el lugar de los hechos. Eso sin contar los cientos de famosos que al momento de aportar dinero se aseguran primero, de documentarlo hasta en su cuentas de alertas canarias.

Es posible que estos apuntes vuelvan a la misma senda de mi semi-idealismo recurrente, con críticas un tanto sosas e inocentonas, pero al menos ejerceré mi derecho a expresarme en momentos que la inspiración está de mi parte. Vienen a mi mente los recuerdos de la tragedia de Katrina, en el 2005. En esa época me tocó cubrir de principio a fin el desastre natural -también ensañado sobre una comunidad mayormente negra- y no podría negar que ése fue, en lo personal, un evento realmente sobrecogedor, tal vez por la juventud o la debilidad de corazón, por haber visitado New Orleans un par de años antes y de buenas a primeras saber que se inundaba por causas incluso superiores a la furia de la naturaleza, una ciudad que siempre evocaré con cariño por el buen ánimo de sus habitantes. Por una u otra razón, fue una experiencia de mucho dolor, porque sería hipócrita decir que no duele reportar historias de dolor. A pesar de que nunca viajé a New Orleans para recoger reportajes de primera mano, pasaba ocho horas traduciendo boletines con actualizaciones respecto a la tragedia y grabando cápsulas de audio para la agencia de noticias que trabajaba.

Ese año, el área de Dallas y Fort Worth se atiborró de refugiados de Louisiana y los albergues no se daban abasto días después, tras la amenaza del huracán Rita, que provocó un éxodo masivo de habitantes de Houston y sus alrededores, temerosos de correr con la misma suerte que los nuevoorleanenses con Katrina. El panorama era caótico pero nada comparado con las imágenes de desamparo que seguían reproduciéndose en Louisiana.

A diferencia de Katrina, la tragedia haitiana me encontró laborando en el periodismo deportivo, por lo que me ha tocado más bien ser una observadora de toda la cobertura y los esfuerzos por llevar ayuda y asistencia humanitaria a los necesitados en turno. Lo triste es saber que la comunidad internacional esperó a que un cataclismo en forma de terremoto azotara a Haití para volver la mirada a su pueblo, una comunidad que se ha quedado rezagada ante el progreso y la prosperidad global. Me temo que no me podré reservar el aterrador presentimiento de que, tendrá el mundo que esperar otra sacudida de la naturaleza para tentarse el corazón y tenderle una mano a las naciones africanas que enfrentan crisis humanitarias como la de Darfur, en Sudán...

Es por ello que me gusta ser amante de la música, casi adicta a ella, porque es un alivio temporal y una panacea natural a las dudas existenciales que a veces permito que invadan mi espíritu, a pesar de que lo tengo prohibido como profesional. Pero para eso están mis archivos auditivos, que son un escape sonoro, saludable, ilustrador y regenerativo del buen ánimo, disparadores a veces, de ataques espontáneos de optimismo y socarronería (cuidado: que otro más centrado encontraría síntomas de bipolaridad, en todo este texto). En este momento,  por ejemplo, desearía ver multiplicada hasta el cansancio, en la tele, una noticia tan extraordinaria como la maniobra del piloto del US Air Ways sobre el río Hudson, en la Ciudad de Nueva York, de hace casi un año. Vaya, que también fuera divertido saborear y exprimir las historias de triunfo y perseverancia humana a nivel masivo... que nos prestáramos más para soñar con un mundo mejor.

Sandra Velázquez es periodista, editora y traductora. Desde 2002 escribe sobre música, deportes y temas de actualidad. Escríbele a: svelazquez@hoydallas.com