Antes de ganarse la internacionalización con “El murmullo de las abejas”, publicada en México, Latinoamérica y España recientemente, la primera novela que Sofía Segovia terminó tuvo que aguardar 5 años para cobrar vida entre máquinas con tinta y papel.
Noche de huracán”, vio la luz gracias a una convoctaria pública que la autora atendió y después del dictamen, Conarte, en el estado de Nuevo León se encargó del resto. Fue uno de los primeros sueños que Segovia vio hecho realidad en su etapa como escritora, pues admite que primero llegó a la madurez sintiéndose plena como madre y como esposa.
“Tengo una muy bonita familia. Eso me sostiene. Me di cuenta que como mujer tenía tiempo para hacerlo todo. Desde joven construí mi familia, me dediqué a ella”, explica Segovia.
En una conversación durante su visita a Dallas en octubre, con motivo de la presentación de “El murmullo de las abejas” en la librería “The Wild Detectives” en Oak Cliff Segovia recordó que antes de sentarse a plasmar una novela, sin saberlo se estaba desarrollando como escritora leyendo todo lo que leía.
CUALIDAD DE NOVELISTA
Originalmente estudió comunicaciones pero notó que su pasión rebasaba el oficio de informar, admitió Segovia:
“Tendía a querer embellecer los hechos y a querer arreglarlos. Esa es una gran cualidad de novelista, aunque no lo supe, hasta muchos años después. En Monterrey yo no sabía que se valía soñar con ser novelista. Hice muchas cosas y tuve este gran descubrimiento al entrar a un taller de creación literaria, porque me gustaba escribir cuentos de jovencita, y tenía muchos años de no hacerlo”.
¿De qué se trata El murmullo de las abejas?
“Se trata de una familia que encuentra a un niño abandonado, que lo acoge a pesar de su aparente defecto. Simonopio [así le llaman]. Lo acogen sin saber que va a cambiarles el destino a la familia y a la región entera.
"Es una historia de un gran amor por la vida, por la tierra, por la familia pero también hay una gran traición que puede acabarlo todo. Un gran agontonismo".
¿Hay algo que descubriste en particular durante esos tres años de búsqueda e investigación para darle forma a tu historia?
“El punto de la migración, los silencios que había entre las anécdotas de mi abuelo, pero la migración fue un gran descubrimiento cuando estaba escribiendo esta novela. No sabía desde un princpio que iba a ser eso.
“Lo que sucede es que yo escribo de una manera muy libre. Escribo sabiendo cómo voy a empezar y cómo voy a terminar, pero lo que está en medio es una aventura, y soy como la primera lectora, voy dando la vuelta a la página. Uno de los grandes descubrimientos fue esto de la migración. Es tan antiguo como la humanidad, y contonúa, y que el gran motivador es, obviamente, el hambre pero también la violencia”.
SILENCIO
Lo que nunca expresó su abuelo con palabras – tras ser despojado de sus tierras y verse obligado a abandonar su lugar de nacimiento- es lo que más dejó huella en Segovia. De ahí que se animara a escribir sobre la Revolución Mexicana desde un ángulo apolítico, más allá de los ideales de los héroes de los libros de historia.
“Él era de Linares, heredó sus tierras y las tuvo que dejar. El lugar al que creyó siempre pertenecer. Eso es algo que nunca puso él en palabras, es algo que fui intuyendo y es a la gran conclusión a la que llegué, que cualquiera que deja sus raíces tan profundas, sus tradiciones tan poderosas, tiene que sufrir un gran sentido de pérdida, un gran dolor”.
DESTIERRO
“Se fue a Monterrey, y parece sencillo pero finalmente es otra tierra. Otra actividad que tuvo que inventarse porque era hombre de campo. Conservó algunas [tierras]. Tuvo tiempo de salvar sus tierras pero había peligros, a pesar de que conservó algunas tuvo que irse para salvar la vida y la de su familia”.
Para Segovia, en pocas palabras, su novela “es la historia de una familia, el espíritu de todo un pueblo.
“Simonopio vive gracias a las abejas y vive en silencio por su defecto físico, el cual le permite escuchar el murmullo de las abejas, no nada más oirlo, él lo escucha y lo entiende y le hace caso. Asi va desarrollando su vida. Logra cambiar el destino de la familia y la región”.
¿Soñaste alguna vez todo esto?
“Soñé que lograría terminar una novela, pero hay que sentarse y escribirla. El primer sueño cumplido fue ponerle punto final a la primera novela. Y luego verla publicada. El sueño se va haciendo grande. Te vas dando cuenta que, en realidad, te tenías que permitir soñar. Y el sueño con esta novela [El murmullo...] era publicarla bien publicada como está, y ha ido creciendo. Luchas por tus sueños y los vas logrando. Estoy muy feliz”.
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