Como dicen los amigos más maduros que tengo: en este mundo, para gustos, colores. Ya sea que hablemos de vinos, de música o de cine, cada uno suele defender sus opciones pero al final terminan respetando la decisión de cada cual... aunque a veces, precisamente en nombre de una gran amistad, toca hacer una que otra concesión para llevar la fiesta en paz.
En cuestión de los teléfonos celulares el asunto se vuelve menos democrático, ahí cada uno asume sus propios riesgos (sobre todo monetarios) y se embarca con determinada compañía, plan o dispositivo; por un lado están los defensores del Android y por el otro los incondicionales de todo lo que fabrica Apple. Los puntos de coincidencia que sí he notado son súper predecibles: creo que lo que más nos importa es tener una conexión buena, persistente a la hora de cubrir algún evento -porque ahora se trata de publicar simultáneamente todo cuando es posible en redes sociales-, capturar y editar videos publicables, un plan razonable para llamar a nuestros países de origen (sobre todo en Latinoamérica), y que las facturas no se parezcan al pago mensual del alquiler de un apartamento en el centro de la ciudad.
¿MARCA O SERVICIO?
Otra cosa que he notado es una tendencia a las líneas prepagadas, y sin contrato, desde luego. Créanme que más de uno de mis colegas periodistas ha hecho la transición y las quejas no son escandalosas. Recuerdo mucho a uno que tiene Metro PCS por lo menos desde 2011 y a otra que es chica Boost Mobile desde hace más de un año que la conozco. El año pasado hicimos un viaje al Caribe desde Dallas, y no hubo diferencia en la señal. En pocas palabras, no sería mala idea transferir mi línea de más de 15 años a un plan que no me quiera cobrar el cielo y las estrellas a cambio de mantenerme conectada a mis contactos profesionales, mi familia y mis amigos. Además, tengo la esperanza de que la oferta de servicios cada vez más amplia resulte en un verdadero beneficio al consumidor a mediano plazo. Pero soy una tradicionalista y si a eso le agregamos los pendientes que se suman a diario, ello podría explicar por qué no me he decidido a hacer el cambio. Me encuentro entre dos verdades: Sprint no termina de convencerme de seguir con ellos, y AT&T me recuerda que los recibos no se pagan solos.
LA PRUEBA
El Alcatel OneTouch Conquest es un teléfono modesto pero sólido. Lo he probado durante un par de semanas y no hay mucho que reprocharle. Es un dispositivo móvil que responde a lo básico sin pretender más de lo que puede ofrecer, la parte trasera del aparato tiene una textura casi relajante que se conjuga para una sensación acogedora a la hora de explorar la red o revisar los correos electrónico a través de su brillante pantalla. Sin tener grandes lujos se defiende bien a la hora de sacar adelante las tareas básicas cuando se aleja uno de la oficina, es resistente al agua también. Las llamadas tienen buena recepción, la larga distancia a México lo mismo, la cámara captura un video de buena calidad y las fotos no decepcionan.
LA DECISIÓN
Está por verse.
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