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1 ene 2015

Opinión: Sr. Abbott, deje de intentar separar a mi familia


MARIA TREVIñO-RODRíGUEZ | VOLUNTARIA DE BATTLEGROUND TEXAS

La Acción Ejecutiva del Presidente Barack Obama en inmigración, la cual anunció el mes pasado, le permitió a mi familia exhalar un suspiro de alivio. Soy una texana, una Dreamer y la hija de inmigrantes que están en los Estados Unidos sin estatus legal: Sé lo que es preocuparse cada vez que tus padres salen de casa, podría ser que no regresen.


Pero ahora, el Fiscal General Greg Abbott ha archivado una demanda para revertir la orden, poniendo a cientos de miles de familias en Texas -incluyendo a la mía- en riesgo. Es hora de que el gobernador electo abandone la demanda y deje de intentar separar familias como la mía.

Mi situación no es única. Más y más me siento enferma por las historias que escucho de familias que son separadas. Gente como Moisés, un amigo de la familia con dos hijos en la escuela primaria y que con dos empleos cumplía con su manutención. Él fue deportado después de no encender la direccional al virar hacia la izquierda mientras conducía, y por no tener una licencia de manejo al corriente - dejando a su esposa con sus hijos batallando para sobrevivir con un solo ingreso. Y ese no es un caso único -miles de familias en Texas han tenido que superar dificultades económicos en circunstancias similares.

Las elecciones de término medio fueron difíciles para muchas familias a través de los Estados Unidos que están aquí sin documentación apropiada, pero en especial para las familias en Texas. Nuestros recién electos gobernador y gobernador suplente hicieron campañas con plataformas anti-inmigrantes, caracterizando la llegada de familias como la mía como una "invasión ilegal" de Texas. Nuestro estado tiene la segunda población más grande de inmigrantes que están en el país sin autorización. Mientras la temporada electoral avanzó, la preocupación llenó los hogares de familias a través de Texas mientras veían sus esperanzas de convertirse en una parte completamente reconocida de la sociedad, y de salir de las sombras, empezar a desaparecer.

Yo combatí el tratamiento erróneo de Abbott en materia de inmigración durante el pasado ciclo electorero. Como voluntaria de Battleground Texas, le conté a miles de votantes mi historia, explicándoles que como Dreamer (un adulto joven que creció en E.U. sin documentación apropiada y fue traido al país por sus padres durante la infancia), me aterraba la idea de elegir a un gobernador que cree que el Texas Dream Act necesita ser revocado. La ley de Texas permite el pago de la tarifa estatal ("in state tuition") a estudiantes indocumentados con un GED de Texas o un diploma de la preparatoria y han residido en el estado por lo menos tres años. Yo empecé a reclutar a voluntarios y a hacer bancos telefónicos y a bloquear banquetas en mi área - muchos voluntarios participaron con su tiempo porque también tenían familiares en mi situación. Otros se ofrecieron porque estaban listos para elegir a alguien que creía en una reforma migratoria comprehensiva.

Esta orden ejecutiva no es una solución permanente. Pero mi familia, junto con otros millones más, está más que agradecida por la tranquilidad que les trae. Mis padres podrán ahora solicitar empleos en los que no se aprovechen de su estatus de indocumentados para pagarles por debajo del salario mínimo. No tienen que preocuparse de que una vuelta a la izquierda en la calle nos vaya a cambiar la vida para siempre.

Mis padres me trajeron a Estados Unidos cuando tenía un año. Texas es mi hogar, y es de ellos, también. Los texanos quieren una solución sensible hacia una reforma de inmigración, no demandas destructivas, y estamos dispuestos a pelear por ella.

Es por ello que le pido a Abbott que deje de tratar de separar a mi familia. Abandone la demanda. Deje a mis padres volverse miembros productivos, cívicamente activos en la sociedad sin temor a ser deportados. Trabaje hacia una real, reforma migratoria comprehensiva que ayude a cientos de miles de familias que ya viven en Texas. Sé que no dejaré de hacer que mi voz sea escuchada hasta que usted lo haga.


Treviño-Rodriguez reside en Houston

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