Maribel Hastings/America's Voice
WASHINGTON, D.C. - No sé ustedes, pero yo no veo la hora en que el 2012 sea historia. Fueron muchas las pruebas a nivel personal y colectivo, y aunque nada garantiza que el 2013 vaya a ser mejor, cuando menos la idea de un nuevo comienzo da esperanzas de que algunas conductas puedan enmendarse, de que otras cosas puedan mejorarse, y que lo que quedó pendiente pueda concretarse.
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